cayó la noche, y llegó la mañana. Ese fue el tercer día.
La tierra produjo árboles y plantas; los árboles dieron frutos, y las plantas dieron semillas. Mientras Dios admiraba tal belleza,
Dijo entonces Dios: «Quiero que haya en el cielo luces que separen el día de la noche; luces que indiquen las estaciones, los días y los años;
y le puso por nombre «día». A la oscuridad la llamó «noche». Y cayó la noche, y llegó la mañana. Ese fue el primer día.
Al ver la belleza del firmamento, Dios le puso por nombre «cielo». Y cayó la noche, y llegó la mañana. Ese fue el segundo día.
Mientras Dios admiraba la gran belleza de su creación, cayó la noche, y llegó la mañana. Ese fue el sexto día.
Jesús le respondió: —Pedro, no estés muy seguro de eso; antes de que el gallo cante dos veces, tú habrás dicho tres veces que no me conoces.