haré que se enferme gravemente todo su ganado. Se enfermarán los caballos, los burros, los camellos, las vacas y las ovejas, y no habrá nada que los cure.
Ahora Dios te va a castigar: te quedarás ciego por algún tiempo y no podrás ver la luz del sol.» En ese mismo instante, Elimas sintió como si una nube oscura le hubiera cubierto los ojos, y se quedó completamente ciego. Andaba como perdido, buscando que alguien le diera la mano para guiarlo.
19 (15) los magos fueron a ver al rey y le dijeron: «¡Dios está haciendo todo esto!» Una vez más, todo sucedió como Dios lo había dicho: El rey de Egipto se puso terco y no les hizo caso ni a Moisés ni a Aarón.
Moisés y Aarón le dijeron: —Pues él es nuestro Dios y ha venido a ayudarnos. Tenemos que ir al desierto, hasta donde lleguemos en tres días, y presentarle allí nuestras ofrendas. Si no lo hacemos así, tal vez nos castigue con alguna enfermedad, o nos haga morir en la guerra.
»Mandé plagas contra ustedes, como las que mandé contra Egipto; hice que perdieran en la guerra sus caballos y sus mejores soldados; ¡el mal olor de los muertos se sentía por todas partes! Pero a pesar de eso, ustedes no se arrepintieron. Yo, el Dios de Israel, les juro que así fue.