Entonces el rey tomó el anillo que antes le había dado a Amán, y se lo entregó a Mardoqueo. Ester, por su parte, le dijo a Mardoqueo que se hiciera cargo de todo lo que antes era de Amán.
Después, el rey se quitó el anillo que usaba para sellar sus cartas, y se lo puso a José. Luego ordenó que lo vistieran con ropas de lino fino y que le pusieran un collar de oro,
»Pero antes de que el muchacho terminara de hablar, el padre llamó a los sirvientes y les dijo: “¡Pronto! Traigan la mejor ropa y vístanlo. Pónganle un anillo, y también sandalias.
Pero tú, confía en Dios y cumple su voluntad. Él te pondrá muy en alto y te dará la tierra prometida. ¡Ya verás con tus propios ojos cuando los malvados sean destruidos!
El relato completo de todo lo que este rey hizo con su poder y su fuerza, y del alto puesto de honor que le dio a Mardoqueo, está escrito en el libro de la historia de los reyes de Media y Persia.