Por la entrada del norte del templo llegaron seis hombres. Los vi llegar con sus armas y pararse junto al altar de bronce. Entre ellos había un hombre con ropa de lino. Por los utensilios que llevaba a la cintura, se veía que era un escritor.
Los artesanos hacen esos ídolos con el oro y la plata que traen desde España, y más tarde los visten con lujosas telas rojas; ¡pero todos esos ídolos están hechos por hombres!
Cierto día, cuando todavía estaban acampando cerca de Jericó, Josué vio de pie, delante de él, a un hombre con una espada en la mano. Josué se acercó y le preguntó: —¿Eres de los nuestros, o de nuestros enemigos?