¡Dios bendiga a quien lea en público este mensaje! ¡Y bendiga también a los que lo escuchen y lo obedezcan! ¡Ya viene el día en que Dios cumplirá todo lo que se anuncia en este libro!
Por eso el Señor Jesús dice: «Yo volveré cuando menos lo esperen. Volveré como el ladrón, que roba en la noche menos esperada. ¡Dios bendecirá al que se mantenga despierto y vestido, pues no lo sorprenderán desnudo! ¡Ni tendrá nada de qué avergonzarse!»
Esa voz me dijo: «Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las siete iglesias de la provincia de Asia, es decir, a las iglesias de Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardes, Filadelfia y Laodicea.»
Por eso, vuelve a obedecerme, porque si no lo haces, vendré pronto y, con el poder de mi palabra, te castigaré a ti, a los nicolaitas y a sus seguidores.
Acuérdate de todo lo que has aprendido acerca de Dios, y vuelve a obedecerlo. Arrepiéntete. Si no lo haces, iré a castigarte cuando menos lo esperes; llegaré a ti como el ladrón, que nunca sabes cuándo llegará a robar.
A todos los que escuchen el mensaje de esta profecía, les advierto esto: si alguien le añade algo a este libro, Dios lo castigará con todas las plagas terribles que están descritas en el libro.
Y si alguien le quita algo al mensaje de esta profecía, Dios no lo dejará tomar su parte del fruto del árbol que da vida, ni lo dejará vivir en la ciudad santa, como se ha dicho en este libro.