Pero David les contestó: —Así como Dios me ha protegido del mal, yo les juro que ustedes merecen la muerte por haber hecho esto.
¡Digámoslo nosotros, pues él nos liberó del poder de los egipcios!
17 (18) Dios escucha a los suyos y los libra de su angustia.
Entonces David le dijo: —Juro por Dios, que me ha librado de todos los problemas,
También ha enviado a su ángel para librarme de muchos peligros. Yo le pido que bendiga a estos dos muchachos. Que por medio de ellos sea recordado mi nombre, el nombre de mi abuelo Abraham y el de mi padre Isaac. ¡Que tengan muchos hijos!»
me libró de la muerte, ¡me llenó de amor y de ternura!
Te cantaré himnos y gritaré de alegría porque me salvaste la vida.
22 (23) Dios siempre salva a los suyos; los que confían en él no sufrirán ningún castigo.
Sus enemigos los odiaban, pero murieron ahogados en el mar. Tú los libraste de ellos; ¡ningún egipcio quedó con vida!
18 (19) ¡Acércate a mí, y sálvame de mis enemigos!
Yo espero que, así como respeté hoy la vida de Su Majestad, también Dios respete la mía y me libre de todo peligro. Saúl le dijo: