Esto que dijo el rey le pareció bien a la gente, ya que todo lo que David hacía les agradaba.
porque estaba muy admirada y decía: «Jesús todo lo hace bien. ¡Hasta puede hacer que los sordos oigan y que los mudos hablen!»
9 (10) No hay un solo hombre que valga más que un suspiro; todos son pura ilusión. Si los pesaran en una balanza, ¡ni juntos pesarían gran cosa!
Y así lo hacía con todos los que iban a ver al rey. De esa manera, fue ganándose a la gente.
Un mensajero fue a decirle a David: «Absalón se está ganando la simpatía de todos los israelitas, y ahora ellos lo apoyan».
y todo el día le insistieron a David que comiera algo. Pero David les respondía: «No comeré nada antes de que anochezca. Que Dios me castigue muy duramente si lo hago».
La gente se dio cuenta de que el rey no era culpable de la muerte de Abner.