Tú me enseñas a enfrentarme a mis enemigos; tú me das valor para vencerlos.
1 (1b) ¡Bendito seas, mi Dios y protector! ¡Tú me enseñas a luchar y a defenderme!
Haré pedazos el arco que traes en la mano izquierda, y tiraré a la basura las flechas que llevas en la mano derecha.
9 (10) Hasta en los lugares más lejanos les puso fin a las guerras; destrozó arcos y lanzas, y echó al fuego los escudos.
Pero David le contestó: —¡Y tú vienes a pelear conmigo con espada, y flechas y lanza! Pues yo vengo en el nombre del Dios todopoderoso, el Dios de los ejércitos de Israel, a quien te has atrevido a desafiar.
Si tratan de librarse de una espada, con un cuchillo los matarán;