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2 Samuel 22:3

Biblia Traducción en Lenguaje Actual

Me proteges como un escudo, y me salvas con tu poder. ¡Tú eres mi más alto escondite!

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52 Referencias Cruzadas  

9-10 (10-11) Tú, Dios mío, proteges a los que son maltratados y los libras de la angustia. Los que te conocen confían en ti, pues nunca los abandonas cuando te buscan.

Confiamos en ti, Dios nuestro, y no tenemos miedo, porque tú eres nuestro salvador, nuestro refugio y nuestra fuerza”.

Dios es como una alta torre; hacia él corren los buenos para ponerse a salvo.

»Toda palabra de Dios ha pasado la prueba de fuego. Dios protege como escudo a los que buscan su protección.

11 (12) Con nosotros está el Dios del universo; él es Dios de nuestro pueblo, ¡él es nuestro refugio!

2 (3) Tú eres para mí la roca que me da refugio; ¡tú me cuidas y me libras! Me proteges como un escudo, y me salvas con tu poder. ¡Tú eres mi más alto escondite!

¡Dichoso tú, Israel, pues Dios te ha rescatado! Dios te protege y te ayuda. ¡No podrías tener mejor defensa! ¡Tú humillarás a tus enemigos, y los pondrás bajo tus pies!»

Después de esto, Dios se le apareció a Abram en una visión, y le dijo: —Abram, no tengas miedo. Yo soy quien te protege. Voy a darte muchas riquezas.

También dice: «Confiaré en Dios.» Y añade: «Aquí estoy, con los hijos que Dios me ha dado.»

»Nos ha dado un Salvador muy poderoso, descendiente del rey David, su servidor.

¡Tú me amas y me cuidas! Eres mi escondite más alto, el escudo que me protege, ¡el Dios que me permite reinar sobre mi propio pueblo!

16-17 (17-18) Yo, por mi parte, te alabaré en la mañana por tu poder y por tu amor. Tú eres el Dios que me protege; tú eres el Dios que me ama. Por eso te cantaré himnos, porque eres mi fortaleza, porque has sido mi refugio en momentos de angustia.

Y aunque ustedes desbaratan los planes de los humildes, Dios es quien los protege.

Yo, Jeremías, le rogué a Dios: «Dios mío, tú me das nuevas fuerzas; cuando me encuentro en peligro, tú eres mi refugio. Desde los lugares más lejanos del mundo vendrán a ti las naciones, y dirán: “Nuestros antepasados fabricaron dioses falsos que no sirven para nada”».

brindarán protección y refugio contra los ataques enemigos, contra los tiempos difíciles, y contra la corrupción.

4 (5) Dios mío, protégeme de esos malvados; protégeme de esos violentos, que solo quieren verme fracasar.

9 (10) Dios mío, destruye sus planes; no los dejes ponerse de acuerdo. En la ciudad solo veo sangre y violencia;

7 (8) Con nosotros está el Dios del universo; él es Dios de nuestro pueblo, ¡él es nuestro refugio!

que él iba a salvarnos de nuestros enemigos y de todos aquellos que nos odian.

11 (12) ¡Que la gente mentirosa no vuelva a vivir en la tierra! ¡Que acabe la calamidad con toda la gente violenta!

1 (2) Dios mío, ¡líbrame de la gente malvada! ¡Protégeme de la gente violenta,

Dios mío, una banda de asesinos que presume de su maldad me ataca y quiere matarme. No quieren nada contigo.

11 (12) Señor y Dios nuestro, tú nos das calor y protección; nos das honor y gloria. Tu bondad no tiene medida para los que siempre hacen lo bueno.

9 (10) Dios y protector nuestro, muéstranos tu bondad, pues somos tu pueblo elegido.

Los librará de quienes los oprimen y los tratan con violencia, porque la vida de ellos es muy valiosa para él.

Muchos se asombran al verme, pero tú eres para mí un refugio seguro.

3 (4) ¡Tú eres mi protector! ¡Tú me defiendes del enemigo!

1 (2) Nuestro Dios es como un castillo que nos brinda protección. Dios siempre nos ayuda cuando estamos en problemas.

Cuando vengan tiempos difíciles, tú me darás protección: me esconderás en tu templo, que es el lugar más seguro.

12 (13) Tú, Dios mío, bendices al que es bueno, y con tu amor lo proteges.

3 (4) Solo tú, Dios mío, me proteges como un escudo; y con tu poder me das nueva vida.

Tú siempre le das la victoria al rey que pusiste sobre Israel. Tú siempre les muestras tu amor a David y a sus herederos.»

Tú me pusiste a salvo de la furia de mis enemigos. Me pusiste por encima de mis adversarios, y me libraste de gente violenta.

Entonces Ana dedicó a Dios este canto: «Dios me ha hecho muy feliz, Dios me ha dado muchas fuerzas. Puedo taparles la boca a mis enemigos; y estoy feliz porque Dios me ha salvado.

y les dirá a nuestros enemigos: “¿Dónde están los dioses en quienes ustedes tanto confían?

Gracias a Jesucristo, nuestro salvador, Dios nos dio el Espíritu Santo.

Pero Dios, nuestro salvador, nos mostró que él es bueno, y que ama a todo el mundo,

y estoy alegre porque él es mi Salvador!

Yo, el todopoderoso Dios de Israel, te digo que pondré fin a los gritos de alegría y de entusiasmo, y a las canciones de los novios y de las novias. Eso lo verán con sus propios ojos.

Vamos ante el juez, para ver si pueden responderme: ¿Quién anunció estas cosas mucho antes de que sucedieran? Fui yo, el único Dios, y no hay otro dios fuera de mí. Solo yo tengo el poder para ofrecer justicia y salvación.

Tú eres mi refugio; tú me libras del peligro, por eso, con voz fuerte, canto y festejo mi liberación.

4 (5) Mira bien a mi derecha: ¡nadie me presta atención! ¡No hay nadie que me proteja! ¡A nadie le importo!

Él nos protege del mal. Es un Dios justo y fiel, que siempre actúa con justicia.

Nuestro Dios es único. ¡Nadie se le compara! ¡No hay quien pueda protegernos como nos protege nuestro Dios!

»¡Bendito seas, mi Dios, tú que vives y me proteges! ¡Alabado seas, mi Dios y Salvador!

Y esto es lo que me dijo el Dios que ayuda a Israel: “El rey que me toma en cuenta en todo lo que hace, y es justo con su pueblo,

»Yo le dedico este himno, porque él me da fuerza y me salva. Él es mi Dios; por eso lo alabo. Él es el Dios de mi padre; por eso lo adoro.

2-3 (3-4) Aunque tiemble la tierra y se hundan las montañas hasta el fondo del mar; aunque se levanten grandes olas y sacudan los cerros con violencia, ¡no tendremos miedo!




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