Quiero que tú y tus hijos y sirvientes trabajen la tierra de Mefi-bóset, y le den todo lo que cosechen, para que nunca le falte comida. Aunque de todos modos él siempre comerá en mi mesa. Como Sibá tenía quince hijos y veinte sirvientes,
»Tú y yo hemos hecho un pacto de amistad delante de Dios, por eso te ruego que me hagas un favor: Si hice algo malo, mátame tú mismo. Prefiero que lo hagas tú, y no tu padre.
Entonces Jonatán le dijo a David: «Vete en paz. Tú y yo hemos jurado por Dios que siempre seremos buenos amigos. Que Dios nos ayude, y que ayude a nuestras familias a cumplir este juramento». 1 (21.1) Dicho esto, Jonatán regresó a la ciudad.
Entonces el rey David le dijo a Sibá: —Desde hoy, todo lo que era de Mefi-bóset será para ti. Yo te lo doy. Sibá le dijo al rey: —Yo estoy para servir a Su Majestad. Muchas gracias por este favor que me hace.
David le dijo: —No tengas miedo, en memoria de tu padre Jonatán, voy a cuidar de ti. Voy a devolverte todas las tierras de tu abuelo Saúl, y de ahora en adelante comerás en mi mesa.
Jonatán le dijo a David: —Te juro por el Dios de Israel, que pasado mañana, a esta misma hora, aquí mismo le preguntaré a mi padre qué piensa hacer contigo. Si todo está bien, te lo mandaré a decir.
y cuando Mefi-bóset llegó al palacio, se inclinó delante de David en señal de respeto. Entonces David exclamó: —¡Mefi-bóset! —¡Para servir a Su Majestad! —respondió.