El rey aceptó quedarse, si ellos creían que era lo mejor. Se paró entonces a la entrada de la ciudad, mientras veía salir su ejército en grupos de cien y de mil soldados.
Mientras tanto, David estaba sentado a la entrada misma de la ciudad de Mahanaim. De pronto, un soldado que vigilaba desde la muralla vio a un hombre que venía corriendo,
Cuando pasaron Joab, Abisai e Itai para enfrentarse al ejército de Absalón, el rey les gritó: «¡Cuiden a mi hijo Absalón!» Y toda la gente oyó esta orden que el rey les dio a los jefes de su ejército. La batalla tuvo lugar en el bosque de Efraín,