33 (19.1) El rey David se puso muy triste y se fue a llorar al cuarto que estaba sobre la entrada de Mahanaim. Mientras iba subiendo, decía: «¡Absalón, hijo mío! ¡Absalón, hijo mío! ¡Cómo quisiera yo haber muerto en tu lugar!»
El rey le preguntó: —¿Cómo está el joven Absalón? Y Ahimaas respondió: —Cuando Joab me envió a dar la noticia a Su Majestad, vi que había mucho alboroto, pero no supe por qué.
El vigilante dijo: «Por la manera en que corre, me parece que el primero es Ahimaas, el hijo de Sadoc». El rey comentó: «Ahimaas es un buen hombre. Seguramente me trae buenas noticias».
Cuando pasaron Joab, Abisai e Itai para enfrentarse al ejército de Absalón, el rey les gritó: «¡Cuiden a mi hijo Absalón!» Y toda la gente oyó esta orden que el rey les dio a los jefes de su ejército. La batalla tuvo lugar en el bosque de Efraín,
Sin embargo, Joab mismo le dijo a un etíope: —Ve y cuéntale al rey lo que has visto. El etíope se inclinó ante Joab en señal de respeto, y salió corriendo.
1-2 (2-3) Alguien fue a decirle a Joab que el rey estaba muy triste, y que lloraba mucho por la muerte de Absalón. Cuando los soldados de David lo supieron, dejaron de celebrar la victoria y guardaron luto;