Pero la gente se opuso a Saúl: —De ninguna manera vamos a permitir que Jonatán muera. Gracias a él, y con la ayuda de Dios, Israel ha alcanzado una victoria total. Así fue como la gente le salvó la vida a Jonatán.
Cuando juren en mi nombre, sean sinceros y justos conmigo y con los demás. Así, por amor a ustedes bendeciré a todas las naciones, y ellas me cantarán alabanzas».
Entonces Jonatán le dijo a David: «Vete en paz. Tú y yo hemos jurado por Dios que siempre seremos buenos amigos. Que Dios nos ayude, y que ayude a nuestras familias a cumplir este juramento». 1 (21.1) Dicho esto, Jonatán regresó a la ciudad.