y cuando Urías llegó, David le preguntó cómo estaban Joab y el ejército, y cómo iba la guerra.
David dejó la comida con uno de los guardias y se fue corriendo para saludar a sus hermanos.
—¿Y está bien de salud? —insistió. Ellos respondieron: —Bastante bien. Por cierto que ahí viene su hija Raquel con sus ovejas.
Entonces Moisés salió a recibir a Jetró, y con mucho respeto se inclinó ante él, y le dio un beso. Cuando terminaron de saludarse, entraron juntos en la carpa,
Al oír esto, David le ordenó a Joab que le mandara a Urías el hitita, pues quería hablar con él. Joab así lo hizo,