Después de eso, ellos darán un toque largo. En cuanto lo oigan, todos los hombres gritarán con fuerza y los muros de la ciudad se vendrán abajo; entonces cada uno atacará la ciudad sin dar marcha atrás».
Cuando se acercaron a Lejí, los filisteos, muy alborotados, salieron a su encuentro. En ese momento el espíritu de Dios llenó a Sansón de fuerza, y este reventó las sogas que le sujetaban los brazos y las manos como si fueran hilos viejos.
Cuando los sacerdotes tocaron sus trompetas, los soldados gritaron con todas sus fuerzas y los muros se derrumbaron. Entonces todo el ejército entró en la ciudad, y cada soldado la atacó hasta conquistarla.
Al oír los gritos, los filisteos se preguntaban: «¿Por qué hacen tanto escándalo esos israelitas?» Cuando los filisteos se enteraron de que los israelitas habían traído el cofre del pacto de Dios a su campamento,
Después de esto, todos marcharon detrás de Salomón, tocando flautas. Estaban tan contentos que parecía que la tierra iba a partirse por el ruido que hacían.