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Referencias Cruzadas

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1 Samuel 30:1

Biblia Traducción en Lenguaje Actual

Al tercer día, David y sus hombres llegaron a Siclag y descubrieron que los amalecitas habían atacado el desierto del sur. A Siclag le habían prendido fuego y, aunque no mataron a nadie, se habían llevado como esclavos a mujeres, ancianos y niños. Entre las mujeres, se habían llevado a Ahinóam y a Abigail, las esposas de David. Al ver esto, David y sus hombres se echaron a llorar, hasta que ya no tuvieron más fuerzas.

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18 Referencias Cruzadas  

De modo que, al amanecer, David y sus hombres regresaron a la tierra de los filisteos. Mientras tanto, los filisteos se dirigieron a Jezreel.

Luego Saúl atacó todo el territorio de Amalec, desde Havilá hasta Sur, que está al este de Egipto.

Pero los jefes de los filisteos se enojaron mucho y le exigieron: —Dile que se vaya de aquí, y que regrese a su país con todos sus hombres. ¿No te das cuenta de que podría volverse nuestro enemigo en la batalla? Con tal de ganarse otra vez la simpatía de Saúl, sería capaz de matar a nuestros soldados.

Dios le dijo a Josué: «No les tengas miedo, porque mañana a esta hora ya los habré matado a todos delante de Israel. Pero ustedes, por su parte, tendrán que dejar inútiles a los caballos y prenderles fuego a los carros de guerra».

Isaac vivía en el desierto del sur, pero esa tarde llegó hasta el manantial que se llama «Pozo del Dios que vive y todo lo ve».

Siclag, Madmaná, Sansaná,

Mató a toda la gente de Amalec, y a todos los animales débiles y de poco valor. Solo dejó vivo al rey Agag y a los mejores animales de los amalecitas.

Ese mismo día, Aquís le dio permiso de vivir en la ciudad de Siclag. Por eso, desde entonces Siclag pertenece a los reyes de Judá.

Antes de eso, habíamos atacado varios lugares: el territorio de los filisteos, que está al sur, el de Judá y el de Caleb. También quemamos la ciudad de Siclag.

Después de que Saúl murió, David peleó contra los amalecitas y los derrotó. Entonces regresó a Siclag y se quedó allí dos días. Al tercer día, llegó a Siclag uno de los soldados de Saúl. Venía con la ropa toda rota y con ceniza en la cabeza, lo que demostraba que venía muy triste. Cuando llegó ante David, se inclinó hasta tocar el suelo en señal de respeto.

»Saúl me preguntó: “¿Quién eres?”, y yo le respondí: “Soy un amalecita”.

Primero pasaron los quereteos, seguidos de los peleteos y de seiscientos geteos. Todos estos soldados filisteos habían seguido a David desde Gat.

»Yo te agradecería que mañana temprano, en cuanto salga el sol, tú y tus hombres regresen a la ciudad que les di.

22 (23) Y día tras día, más hombres se le unían a David, hasta que llegó a tener un gran ejército.




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