Ahora estalla la guerra, las fuertes murallas son destruidas, y mueren las madres y los hijos, como cuando el rey Salmán destruyó la ciudad de Bet-arbel.
En ese momento Doeg el edomita, que estaba entre los oficiales de Saúl, le dijo: —Yo vi a David en Nob, cuando fue a ver a Ahimélec, el hijo de Ahitub.
1 (2) Por su parte, David se fue a Nob, donde vivía el sacerdote Ahimélec. Cuando Ahimélec vio a David, se puso nervioso y le preguntó: —¿Por qué vienes solo?
La ciudad y todos sus habitantes serán destruidos por completo, como una ofrenda para Dios. Pero acuérdense de no hacerles daño ni a Rahab ni a su familia, porque ella escondió a los espías que enviamos.
Por eso le dijeron: —¿Acaso no oyes lo que estos niños están diciendo? Jesús les contestó: —Los oigo bien. ¿No recuerdan lo que dice la Biblia?: “Los niños pequeños, los que aún son bebés, te cantarán alabanzas.”