A David le pareció bien lo que el rey pedía, y antes de que se cumpliera el plazo
pues pensó: «Si David quiere casarse con Mical, tendrá que luchar contra los filisteos para ganársela. Y allí los filisteos lo matarán». Entonces le dijo a David: «Hoy mismo te casarás con mi hija».
Después de eso, los dos ángeles le dijeron a Lot: —Si tienes en la ciudad otros hijos o hijas, yernos o familiares, sácalos de aquí