Ocurrió que ese día Booz salió de Belén para vigilar el trabajo en sus campos. Cuando llegó al campo, saludó a los trabajadores: —¡Que Dios los cuide a todos! Y ellos respondieron: —¡Que Dios te siga bendiciendo!
Uno de los sirvientes de Nabal fue a decirle a Abigail, su esposa: «David envió unos mensajeros a nuestro amo, con un saludo amistoso. Pero él los insultó,