Yo le pedí este niño, y él me lo concedió.
Y así como sabemos que él oye nuestras oraciones, también sabemos que ya nos ha dado lo que le hemos pedido.
Perdida ya toda esperanza, llamé a mi Dios, y él me respondió; ¡me liberó de la angustia!
»Pidan a Dios, y él les dará. Hablen con Dios, y encontrarán lo que buscan. Llámenlo, y él los atenderá.
En una de esas ocasiones, Elí bendijo a Elcaná y a Ana y les dijo: «Ya que han puesto a Samuel al servicio de Dios, que Dios les conceda tener más hijos».
Mientras dure su promesa, deberá mantenerse puro.
1 (1b) Dios mío, cuando me siento angustiado, te llamo y tú me respondes.