Porque Dios ha decidido ya el día en que juzgará a todo el mundo, y será justo con todos. Dios eligió a Jesús para que sea el juez de todos, y ha demostrado que esto es cierto al hacer que Jesús resucitara.»
Mientras Pedro hablaba, una nube brillante vino y se detuvo sobre ellos. Desde la nube se oyó una voz que decía: «Este es mi Hijo, yo lo amo mucho y estoy muy contento con él. Ustedes deben obedecerlo.»
Confiar en el Hijo de Dios es creer en lo que Dios ha dicho. Pero el que no cree en Dios lo hace pasar por mentiroso, porque no ha creído lo que Dios mismo ha dicho acerca de su Hijo Jesucristo.
Dios también nos lo demostró por medio de muchas señales y de acciones maravillosas, y también con milagros. Además, cuando lo hizo, les dio el Espíritu Santo a quienes él se lo quiso dar.
Ahora bien, como Dios no miente, su promesa y su juramento no pueden cambiar. Esto nos consuela, porque nosotros queremos que Dios nos proteja, y confiamos en que él nos dará lo prometido.