En el tiempo en que los caudillos gobernaban el país, hubo allí una época de hambre. Entonces un hombre de Belén de Judá emigró a la tierra de Moab, junto con su esposa y sus dos hijos.
En ese tiempo hubo mucha hambre en aquella región, además de la que hubo en tiempos de Abraham. Por eso Isaac se fue a Guerar, donde se encontraba Abimélec, rey de los filisteos.
«Hijo de hombre, si un país peca contra mí y persiste en su infidelidad, yo levantaré mi mano contra él; le quitaré las provisiones, enviaré hambre sobre él y arrasaré a sus habitantes y a sus animales.
»Yo os hice pasar hambre en todas vuestras ciudades, y os privé de pan en todos vuestros poblados. Con todo, vosotros no os volvisteis a mí —afirma el Señor—.
»Así dice el Señor omnipotente: ¡Peor será cuando mande contra Jerusalén mis cuatro castigos terribles: la guerra, el hambre, las bestias feroces y la peste! Con ellas arrasaré a sus habitantes y a sus animales.
Durante el reinado de David hubo tres años consecutivos de hambre. David le pidió ayuda al Señor, y él le contestó: «Esto sucede porque Saúl y su sanguinaria familia asesinaron a los gabaonitas».
Pero de ti, Belén Efrata, pequeña entre los clanes de Judá, saldrá el que gobernará a Israel; sus orígenes se remontan hasta la antigüedad, hasta tiempos inmemoriales.