Dichoso el que lee y dichosos los que escuchan las palabras de este mensaje profético y hacen caso de lo que aquí está escrito, porque el tiempo de su cumplimiento está cerca.
Pero él me dijo: «¡No, cuidado! Soy un siervo como tú, como tus hermanos los profetas y como todos los que cumplen las palabras de este libro. ¡Adora solo a Dios!»
Recordad lo que os dije: “Ningún siervo es más que su amo”. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán. Si han obedecido mis enseñanzas, también obedecerán las vuestras.
Pero la parte que cayó en buen terreno son los que oyen la palabra con corazón noble y bueno, y la retienen; y, como perseveran, producen una buena cosecha.
maldición, si desobedecéis los mandamientos del Señor vuestro Dios y os apartáis del camino que hoy os mando seguir, y os vais tras dioses extraños que jamás habéis conocido.