Escuchad, hijos, la corrección de un padre; disponeos a adquirir inteligencia.
Por eso es necesario que prestemos más atención a lo que hemos oído, no sea que perdamos el rumbo.
Venid, hijos míos, y escuchadme, que voy a enseñaros el temor del Señor.
Hijo mío, escucha las correcciones de tu padre y no abandones las enseñanzas de tu madre.
Presta atención, escucha mis palabras; aplica tu corazón a mi conocimiento.
Hijo mío, pon atención a mi sabiduría y presta oído a mi buen juicio,
Escucha el consejo y acepta la corrección, y llegarás a ser sabio.
Di a la sabiduría: «Tú eres mi hermana», y a la inteligencia: «Eres de mi sangre».
para adquirir sabiduría y disciplina; para discernir palabras de inteligencia;
Nosotros obedecemos todo lo que nos ordenó Jonadab hijo de Recab, nuestro antepasado. Nunca bebemos vino, ni tampoco lo hacen nuestras mujeres ni nuestros hijos.
»Hijos de Jacob: acercaos y escuchad; prestad atención a vuestro padre Israel.
El hijo sabio atiende a la corrección de su padre, pero el insolente no hace caso a la reprensión.