Cuando la burra vio al ángel del Señor, se arrimó contra la pared, con lo que lastimó el pie de Balán. Entonces Balán volvió a pegarle.
»Persiste, entonces, en tus encantamientos y en tus muchas hechicerías, en las que te has ejercitado desde la niñez. Tal vez tengas éxito, tal vez puedas provocar terror.
El ángel del Señor se detuvo en un sendero estrecho que estaba entre dos viñas, con cercos de piedra a ambos lados.
El ángel del Señor se les adelantó y se detuvo en un lugar más estrecho, donde ya no había hacia dónde volverse.