Después de presentarme el diezmo de los diezmos, ya no será pecado que comáis lo que sobre. »No profanéis las ofrendas sagradas de los israelitas, porque de lo contrario moriréis».
Cualquiera que lo coma sufrirá las consecuencias de su pecado por profanar lo que ha sido consagrado al Señor. Tal persona será eliminada de su pueblo.
que les dijera a Aarón y a sus hijos: «Tratad con mucho respeto las ofrendas sagradas que me consagran los israelitas, para no profanar mi santo nombre. Yo soy el Señor».
»Pues en que traéis a mi altar alimento mancillado. »Y todavía preguntáis: “¿En qué te hemos mancillado?” »Pues en que tenéis la mesa del Señor como algo despreciable.
Aarón y sus hijos deberán ponérselos siempre que entren en la Tienda de reunión, o cuando se acerquen al altar para ejercer su ministerio en el Lugar Santo, a fin de que no incurran en pecado y mueran. Esta es una ley perpetua para Aarón y sus descendientes.