Pero Nadab y Abiú, hijos de Aarón, tomaron cada uno su incensario y, poniendo en ellos fuego e incienso, ofrecieron ante el Señor un fuego que no tenían por qué ofrecer, pues él no se lo había mandado.
y les pondréis fuego e incienso en la presencia del Señor. El escogido del Señor será aquel a quien él elija. ¡Sois vosotros, hijos de Leví, los que habéis ido demasiado lejos!