Moisés y Aarón se apartaron de la asamblea y fueron a la entrada de la Tienda de reunión, donde se postraron rostro en tierra. Entonces la gloria del Señor se manifestó ante ellos,
Ante esto, Josué se rasgó las vestiduras y se postró rostro en tierra ante el arca del pacto del Señor. Lo acompañaban los jefes de Israel, quienes también mostraban su dolor y estaban consternados.
Pero Moisés y Aarón se postraron rostro en tierra, y exclamaron: ―Señor, Dios de toda la humanidad: un solo hombre ha pecado, ¿y vas tú a enojarte con todos ellos?
Y mientras mataban, yo me quedé solo, caí rostro en tierra y grité: «¡Ay, Señor y Dios! ¿Descargarás tu furor sobre Jerusalén y destruirás a todo el resto de Israel?»