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Referencias Cruzadas

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Números 14:9

Biblia Nueva Versión Internacional 2017

Así que no os rebeléis contra el Señor ni tengáis miedo de la gente que habita en esa tierra. ¡Ya son pan comido! No tienen quién los proteja, porque el Señor está de parte nuestra. Así que, ¡no les tengáis miedo!

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50 Referencias Cruzadas  

Pero no les temas; recuerda bien lo que el Señor tu Dios hizo contra el faraón y contra todo Egipto.

¿Qué diremos frente a esto? Si Dios está de nuestra parte, ¿quién puede estar en contra nuestra?

Sed fuertes y valientes. No temáis ni os asustéis ante esas naciones, pues el Señor vuestro Dios siempre os acompañará; nunca os dejará ni os abandonará».

Tú aplastaste las cabezas de Leviatán y lo diste por comida a las jaurías del desierto.

Él se apoya en la fuerza humana, mientras que nosotros contamos con el Señor nuestro Dios, quien nos brinda su ayuda y pelea nuestras batallas». Al oír las palabras de Ezequías, rey de Judá, el pueblo se tranquilizó.

Pero vosotros no tendréis que intervenir en esta batalla. Simplemente, quedaos quietos en vuestros puestos, para que veáis la salvación que el Señor os dará. ¡Habitantes de Judá y de Jerusalén, no tengáis miedo ni os acobardéis! Salid mañana contra ellos, porque yo, el Señor, estaré con vosotros”».

El Señor mismo marchará delante de ti y estará contigo; nunca te dejará ni te abandonará. No temas ni te desanimes».

»Dios los sacó de Egipto con la fuerza de un toro salvaje. Israel devora a las naciones hostiles y les parte los huesos; ¡las atraviesa con sus flechas!

Durante todos los días de tu vida, nadie será capaz de enfrentarse a ti. Así como estuve con Moisés, también estaré contigo; no te dejaré ni te abandonaré.

El Señor es quien te cuida, el Señor es tu sombra protectora.

¿Acaso no tienen entendimiento todos los que hacen lo malo, los que devoran a mi pueblo como si fuera pan? ¡Jamás invocan al Señor!

»Recuerda esto, y nunca olvides cómo provocaste la ira del Señor tu Dios en el desierto. Desde el día en que saliste de Egipto hasta tu llegada aquí, has sido rebelde contra el Señor.

»Sin embargo, vosotros os negasteis a subir y os rebelasteis contra la orden del Señor vuestro Dios.

Pero, aun cuando nos hemos rebelado contra ti, tú, Señor nuestro, eres un Dios compasivo y perdonador.

Mis flechas se embriagarán de sangre, y mi espada se hartará de carne: sangre de heridos y de cautivos, cabezas de caudillos enemigos”.

No te asustes ante ellos, pues el Señor tu Dios, el Dios grande y temible, está contigo.

Mirad, el Señor vuestro Dios os ha entregado la tierra. Id y tomad posesión de ella como os dijo el Señor y Dios de vuestros antepasados. No tengáis miedo ni os desaniméis”.

Pase lo que pase, comportaos de una manera digna del evangelio de Cristo. De este modo, ya sea que vaya a veros o que, estando ausente, solo tenga noticias vuestras, sabré que seguís firmes en un mismo propósito, luchando unánimes por la fe del evangelio

«La virgen concebirá y dará a luz un hijo, y lo llamarán Emanuel» (que significa «Dios con nosotros»).

»A la sombra de Hesbón se detienen exhaustos los fugitivos. De Hesbón sale un fuego; de la ciudad de Sijón, una llama que consume las sienes de Moab y el cráneo de los arrogantes y revoltosos.

Pero ellos se rebelaron y afligieron a su santo Espíritu. Por eso se convirtió en su enemigo, y luchó él mismo contra ellos.

No temas, gusano Jacob, pequeño Israel —afirma el Señor—, porque yo mismo te ayudaré; ¡el Santo de Israel es tu redentor!

Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa.

Cada uno será como un refugio contra el viento, como un resguardo contra la tormenta; como arroyos de agua en tierra seca, como la sombra de un peñasco en el desierto.

¡Oíd, cielos! ¡Escucha, tierra! Así dice el Señor: «Yo crie hijos hasta hacerlos hombres, pero ellos se rebelaron contra mí.

El que habita al abrigo del Altísimo se acoge a la sombra del Todopoderoso.

El Señor Todopoderoso está con nosotros; nuestro refugio es el Dios de Jacob. Selah

El Señor Todopoderoso está con nosotros; nuestro refugio es el Dios de Jacob. Selah

y este salió al encuentro de Asá y le dijo: «Asá, y gente de Judá y de Benjamín, ¡escuchadme! El Señor estará con vosotros, siempre y cuando vosotros estéis con él. Si lo buscáis, él dejará que lo halléis; pero, si lo abandonáis, él os abandonará.

Así que Dios, con sus sacerdotes, va al frente de nosotros. ¡Las trompetas están listas para dar la orden de ataque contra vosotros! ¡Israelitas, no peleéis contra el Señor, Dios de vuestros antepasados, pues no podréis vencerlo!»

Los de la tribu de José, por su parte, subieron contra Betel, pues el Señor estaba con ellos.

Si no vienes con nosotros, ¿cómo vamos a saber, tu pueblo y yo, que contamos con tu favor? ¿En qué seríamos diferentes de los demás pueblos de la tierra?

Finalmente, Israel le dijo a José: ―Yo estoy a punto de morir; pero Dios estará con vosotros y os hará volver a la tierra de vuestros antepasados.

Hemos pecado y hecho lo malo; hemos sido malvados y rebeldes; nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus leyes.

»Entonces os respondí: “No os asustéis ni les tengáis miedo.

Después de examinar la situación, me levanté y dije a los nobles y gobernantes, y al resto del pueblo: «¡No les tengáis miedo! Acordaos del Señor, que es grande y temible, y pelead por vuestros hermanos, por vuestros hijos e hijas, y por vuestras esposas y vuestros hogares».

Pelearán contra ti, pero no podrán vencerte, porque yo estoy contigo para librarte», afirma el Señor.

No temáis al rey de Babilonia, al que ahora teméis —afirma el Señor—; no le temáis, porque yo estoy con vosotros para salvaros y libraros de su poder.

―No tengáis miedo —les respondió Moisés—. Mantened vuestras posiciones, que hoy mismo seréis testigos de la salvación que el Señor realizará en vuestro favor. A esos egipcios que hoy veis, ¡jamás volveréis a verlos!

Caleb hizo callar al pueblo ante Moisés, y dijo: ―Subamos a conquistar esa tierra. Estoy seguro de que podremos hacerlo.

Moisés se lo comunicó a los israelitas, y los jefes le entregaron doce varas, una por cada jefe de su familia patriarcal. Entre ellas estaba la vara de Aarón.

Como hubo una gran escasez de agua, los israelitas se amotinaron contra Moisés y Aarón,

Dame, pues, la región montañosa que el Señor me prometió en esa ocasión. Desde ese día, tú bien sabes que los anaquitas habitan allí, y que sus ciudades son enormes y fortificadas. Sin embargo, con la ayuda del Señor los expulsaré de ese territorio, tal como él ha prometido».

Venid y ved los portentos del Señor; él ha traído desolación sobre la tierra.

Menospreciaron esa bella tierra; no creyeron en la promesa de Dios.




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