Mientras Aarón hablaba con toda la comunidad israelita, volvieron la mirada hacia el desierto, y vieron que la gloria del Señor se hacía presente en una nube.
»¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que se te envían! ¡Cuántas veces quise reunir a tus hijos, como reúne la gallina a sus pollitos debajo de sus alas, pero no quisiste!
David se alarmó, pues la tropa hablaba de apedrearlo; y es que todos se sentían amargados por la pérdida de sus hijos e hijas. Pero cobró ánimo y puso su confianza en el Señor su Dios.
Moisés y Aarón se apartaron de la asamblea y fueron a la entrada de la Tienda de reunión, donde se postraron rostro en tierra. Entonces la gloria del Señor se manifestó ante ellos,
Como la congregación empezó a amotinarse contra Moisés y Aarón, estos se dirigieron a la Tienda de reunión. De repente la nube cubrió la Tienda, y apareció la gloria del Señor.
Cuando Coré hubo reunido a toda su gente en contra de Moisés y Aarón a la entrada de la Tienda de reunión, la gloria del Señor se apareció ante todos ellos.
y mañana por la mañana veréis la gloria del Señor. Ya él sabe que vosotros andáis murmurando contra él. Nosotros no somos nadie, para que vosotros murmuréis contra nosotros.
¿A cuál de los profetas no persiguieron vuestros antepasados? Ellos mataron a los que de antemano anunciaron la venida del Justo, y ahora a este lo habéis traicionado y asesinado