Se parecen a niños sentados en la plaza que se gritan unos a otros: »“Tocamos la flauta, y no bailasteis; entonamos un canto fúnebre, y no llorasteis”.
¿De qué le sirve al necio poseer dinero? ¿Podrá adquirir sabiduría si le falta entendimiento?
Los niños y las niñas volverán a jugar en las calles de la ciudad”.
Cerca de las nueve de la mañana, salió y vio a otros que estaban desocupados en la plaza.
«Entonces, ¿con qué puedo comparar a la gente de esta generación? ¿A quién se parecen ellos?
Porque vino Juan el Bautista, que no comía pan ni bebía vino, y decís: “Tiene un demonio”.