Es que él y todos sus compañeros estaban asombrados ante la pesca que habían hecho,
Estaban asombrados de su enseñanza, porque les hablaba con autoridad.
No sabía qué decir, porque todos estaban asustados.
las aves del cielo, los peces del mar, y todo lo que surca los senderos del mar.
Todos se asustaron y se decían unos a otros: «¿Qué clase de palabra es esta? ¡Con autoridad y poder da órdenes a los espíritus malignos, y salen!»
lo entronizaste sobre la obra de tus manos, ¡todo lo sometiste a su dominio!
Al ver esto, Simón Pedro cayó de rodillas delante de Jesús y le dijo: ―¡Apártate de mí, Señor; soy un pecador!
como también lo estaban Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, que eran socios de Simón. ―No temas; desde ahora serás pescador de hombres —le dijo Jesús a Simón.
y cuantos lo oyeron se asombraron de lo que los pastores decían.