Y nadie que haya bebido vino añejo quiere el nuevo, porque dice: “El añejo es mejor”.
Aunque todos obtuvieron un testimonio favorable mediante la fe, ninguno de ellos vio el cumplimiento de la promesa.
Así dice el Señor: «Deteneos en los caminos y mirad; preguntad por los senderos antiguos. Preguntad por el buen camino, y no os apartéis de él. Así hallaréis el descanso anhelado. Pero ellos dijeron: “No lo seguiremos”.
Si alguien te pone pleito para quitarte la camisa, déjale también la capa.
Más bien, el vino nuevo debe echarse en odres nuevos.
Un sábado, al pasar Jesús por los sembrados, sus discípulos se pusieron a arrancar unas espigas de trigo, y las desgranaban para comérselas.