Así que llevaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, siguieron a Jesús.
Al instante dejaron las redes y lo siguieron.
Y Leví se levantó, lo dejó todo y lo siguió.
―¡Mira, nosotros lo hemos dejado todo por seguirte! —le reclamó Pedro—. ¿Y qué ganamos con eso?
Jesús lo miró con amor y añadió: ―Una sola cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. Luego ven y sígueme.
»El que quiere a su padre o a su madre más que a mí no es digno de mí; el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí no es digno de mí;
y dejaron en seguida la barca y a su padre, y lo siguieron.
Y todo el que por mi causa haya dejado casas, hermanos, hermanas, padre, madre, hijos o terrenos recibirá cien veces más y heredará la vida eterna.