Jesús le respondió: ―Escrito está: “No solo de pan vive el hombre”.
Te humilló y te hizo pasar hambre, pero luego te alimentó con maná, comida que ni tú ni tus antepasados habíais conocido, con lo que te enseñó que no solo de pan vive el hombre, sino de todo lo que sale de la boca del Señor.
Jesús le respondió: ―Escrito está: “No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”.
Tomad el casco de la salvación y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios.
Así que no os preocupéis diciendo: “¿Qué comeremos?” o “¿Qué beberemos?” o “¿Con qué nos vestiremos?”
»Adora al Señor tu Dios, y él bendecirá tu pan y tu agua. »Yo apartaré de vosotros toda enfermedad.
Pues escrito está: »“Ordenará que sus ángeles te cuiden. Te sostendrán en sus manos
―Escrito está: “Adora al Señor tu Dios y sírvele solamente a él”.
Luego Jesús dijo a todos: ―Cuando os envié sin monedero ni bolsa ni sandalias, ¿acaso os faltó algo? ―Nada —respondieron.
¡Abandona a tus huérfanos, que yo les protegeré la vida! ¡Tus viudas pueden confiar en mí!»
yo os digo: «¡Ateneos a la ley y al testimonio!» Para quienes no se atengan a esto, no habrá un amanecer.
―Si eres el Hijo de Dios —le propuso el diablo—, dile a esta piedra que se convierta en pan.