y, al entrar, no hallaron el cuerpo del Señor Jesús.
pero no hallaron su cuerpo. Cuando volvieron, nos contaron que se les habían aparecido unos ángeles, quienes les dijeron que él está vivo.
Cruzaron el lago, pero a los discípulos se les había olvidado llevar pan.
Al verla, el Señor se compadeció de ella y le dijo: ―No llores.
Encontraron que había sido quitada la piedra que cubría el sepulcro
Por tanto, es preciso que se una a nosotros un testigo de la resurrección, uno de los que nos acompañaban todo el tiempo que el Señor Jesús vivió entre nosotros, desde que Juan bautizaba hasta el día en que Jesús fue llevado de entre nosotros».