Ninguno de los pueblos de la tierra merece ser tenido en cuenta. Dios hace lo que quiere con los poderes celestiales y con los pueblos de la tierra. No hay quien se oponga a su poder ni quien le pida cuentas de sus actos.
»Así dice el Señor Todopoderoso: »“Al remanente de este pueblo podrá parecerle imposible en aquellos días, ¿pero también a mí me parecerá imposible?, afirma el Señor Todopoderoso”.