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Referencias Cruzadas

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Lucas 16:15

Biblia Nueva Versión Internacional 2017

Él les dijo: «Vosotros os hacéis los buenos ante la gente, pero Dios conoce vuestros corazones. Daos cuenta de que aquello que la gente tiene en gran estima es detestable delante de Dios.

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40 Referencias Cruzadas  

Pero el Señor le dijo a Samuel: ―No te dejes impresionar por su apariencia ni por su estatura, pues yo lo he rechazado. La gente se fija en las apariencias, pero yo me fijo en el corazón.

A cada uno le parece correcto su proceder, pero el Señor juzga los corazones.

Por lo tanto, no juzguéis nada antes de tiempo; esperad hasta que venga el Señor. Él sacará a la luz lo que está oculto en la oscuridad y pondrá al descubierto las intenciones de cada corazón. Entonces cada uno recibirá de Dios la alabanza que le corresponda.

«Yo, el Señor, sondeo el corazón y examino los pensamientos, para darle a cada uno según sus acciones y según el fruto de sus obras».

El Señor aborrece a los arrogantes. Una cosa es segura: no quedarán impunes.

Dios, que conoce el corazón humano, mostró que los aceptaba dándoles el Espíritu Santo, lo mismo que a nosotros.

Que vuestra belleza sea más bien la incorruptible, la que procede de lo íntimo del corazón y consiste en un espíritu suave y apacible. Esta sí que tiene mucho valor delante de Dios.

―Resulta que vosotros los fariseos —dijo el Señor— limpiáis el vaso y el plato por fuera, pero por dentro estáis llenos de codicia y de maldad.

Yo sé, mi Dios, que tú pruebas los corazones y amas la rectitud. Por eso, con rectitud de corazón te he ofrecido voluntariamente todas estas cosas, y he visto con júbilo que tu pueblo, aquí presente, te ha traído sus ofrendas.

Pero él quería justificarse, así que preguntó a Jesús: ―¿Y quién es mi prójimo?

A los hijos de esa mujer los heriré de muerte. Así sabrán todas las iglesias que yo soy el que escudriña la mente y el corazón; y a cada uno de vosotros os trataré de acuerdo con vuestras obras.

Así mismo, jóvenes, someteos a los ancianos. Revestíos todos de humildad en vuestro trato mutuo, porque «Dios se opone a los orgullosos, pero da gracia a los humildes».

Por tanto, nadie será justificado en presencia de Dios por hacer las obras que exige la ley; más bien, mediante la ley cobramos conciencia del pecado.

no necesitaba que nadie le informara nada acerca de los demás, pues él conocía el interior del ser humano.

»Todo lo hacen para que la gente los vea: Usan filacterias grandes y adornan sus ropas con borlas vistosas;

―Todo eso lo he cumplido desde que era joven —dijo el hombre.

Son muchos los que proclaman su lealtad, ¿pero quién puede hallar a alguien digno de confianza?

El fariseo se puso a orar consigo mismo: “Oh Dios, te doy gracias porque no soy como otros hombres —ladrones, malhechores, adúlteros— ni mucho menos como ese recaudador de impuestos.

Dios justo, que examinas mente y corazón, acaba con la maldad de los malvados y mantén firme al que es justo.

óyelo tú desde el cielo, donde habitas, y perdónalo. Págale a cada uno según su conducta, la cual tú conoces, puesto que solo tú escudriñas el corazón humano.

(Con el dinero que obtuvo por su crimen, Judas compró un terreno; allí cayó de cabeza, se reventó y se le salieron las vísceras.

Devoran los bienes de las viudas y a la vez hacen largas plegarias para impresionar a los demás. Estos recibirán peor castigo.

Entonces, para acecharlo, enviaron espías que fingían ser gente honorable. Pensaban atrapar a Jesús en algo que él dijera, y así poder entregarlo a la jurisdicción del gobernador.

»Cuando ayunéis, no pongáis cara triste como hacen los hipócritas, que demudan sus rostros para mostrar que están ayunando. Os aseguro que estos ya han obtenido toda su recompensa.

»Cuando oréis, no seáis como los hipócritas, porque a ellos les encanta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas para que la gente los vea. Os aseguro que ya han obtenido toda su recompensa.

»Por eso, cuando des a los necesitados, no lo anuncies al son de trompeta, como lo hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles para que la gente les rinda homenaje. Os aseguro que ellos ya han recibido toda su recompensa.

si nos toca llamar dichosos a los soberbios, y los que hacen lo malo no solo prosperan, sino que incluso desafían a Dios y se salen con la suya?”»

Aunque en vida se considere dichoso, y la gente lo elogie por sus logros,

Tal es el destino de los que confían en sí mismos; el final de los que se envanecen. Selah

Por tercera vez Jesús le preguntó: ―Simón, hijo de Juan, ¿me quieres? A Pedro le dolió que por tercera vez Jesús le hubiera preguntado: «¿Me quieres?» Así que le dijo: ―Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero. ―Apacienta mis ovejas —le dijo Jesús—.

El malvado hace alarde de su propia codicia; alaba al ambicioso y menosprecia al Señor.

A algunos que, confiando en sí mismos, se creían justos y despreciaban a los demás, Jesús les contó esta parábola:

»Os digo que este, y no aquel, volvió a su casa justificado ante Dios. Pues todo el que a sí mismo se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido».

Y oraron así: «Señor, tú que conoces el corazón de todos, muéstranos a cuál de estos dos has elegido

Y Dios, que examina los corazones, sabe cuál es la intención del Espíritu, porque el Espíritu intercede por los creyentes conforme a la voluntad de Dios.




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