»Mientras tanto, el hijo mayor estaba en el campo. Al volver, cuando se acercó a la casa, oyó la música del baile.
Alabadle con panderos y danzas, alabadle con cuerdas y flautas.
Se parecen a niños sentados en la plaza que se gritan unos a otros: »“Tocamos la flauta, y no bailasteis; entonamos un canto fúnebre, y no llorasteis”.
oh virginal Israel. Te edificaré de nuevo; ¡sí, serás reedificada! De nuevo tomarás panderetas y saldrás a bailar con alegría.
un tiempo para llorar y un tiempo para reír; un tiempo para estar de luto y un tiempo para saltar de gozo;
Que alaben su nombre con danzas; que le canten salmos al son de la lira y el pandero.
Cuando el Señor hizo volver a Sión a los cautivos, nos parecía estar soñando.
Vestido tan solo con un efod de lino, se puso a bailar ante el Señor con gran entusiasmo.
Entonces Miriam la profetisa, hermana de Aarón, tomó una pandereta, y mientras todas las mujeres la seguían danzando y tocando panderetas,
Convertiste mi lamento en danza; me quitaste la ropa de luto y me vestiste de fiesta,
Porque este hijo mío estaba muerto, pero ahora ha vuelto a la vida; se había perdido, pero ya lo hemos encontrado”. Así que empezaron a hacer fiesta.
Entonces llamó a uno de los siervos y le preguntó qué pasaba.