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Referencias Cruzadas

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Lucas 15:10

Biblia Nueva Versión Internacional 2017

Os digo que así mismo se alegra Dios con sus ángeles por un pecador que se arrepiente.

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23 Referencias Cruzadas  

Os digo que así es también en el cielo: habrá más alegría por un solo pecador que se arrepienta que por noventa y nueve justos que no necesitan arrepentirse.

La tristeza que proviene de Dios produce el arrepentimiento que lleva a la salvación, de la cual no hay que arrepentirse, mientras que la tristeza del mundo produce la muerte.

Diles: “Tan cierto como que yo vivo —afirma el Señor omnipotente—, que no me alegro con la muerte del malvado, sino con que se convierta de su mala conducta y viva. ¡Conviértete, pueblo de Israel; conviértete de tu conducta perversa! ¿Por qué habrás de morir?”

¿Acaso creéis que me complace la muerte del malvado? ¿No quiero más bien que abandone su mala conducta y que viva? Yo, el Señor, lo afirmo.

¡Os digo que no! De la misma manera, todos vosotros pereceréis, a menos que os arrepintáis».

Así también, vuestro Padre que está en el cielo no quiere que se pierda ninguno de estos pequeños.

Yo no quiero la muerte de nadie. ¡Convertíos, y viviréis! Lo afirma el Señor omnipotente.

¿No son todos los ángeles espíritus dedicados al servicio divino, enviados para ayudar a los que han de heredar la salvación?

Al oír esto, se apaciguaron y alabaron a Dios diciendo: ―¡Así que también a los gentiles les ha concedido Dios el arrepentimiento para vida!

Por esto te digo: si ella ha amado mucho, es que sus muchos pecados le han sido perdonados. Pero a quien poco se le perdona, poco ama.

»Tened cuidado de no menospreciar a uno de estos pequeños. Porque os digo que en el cielo los ángeles de ellos contemplan siempre el rostro de mi Padre celestial.

Tal vez por eso Onésimo se alejó de ti por algún tiempo, para que ahora lo recibas para siempre,

Pero en la noche un ángel del Señor abrió las puertas de la cárcel y los sacó.

»A cualquiera que me reconozca delante de los demás, yo también lo reconoceré delante de mi Padre que está en el cielo.

»Os aseguro que a cualquiera que me reconozca delante de la gente, también el Hijo del hombre lo reconocerá delante de los ángeles de Dios.

Pero al que no me reconozca delante de la gente no se le reconocerá delante de los ángeles de Dios.

Y, cuando la encuentra, reúne a sus amigas y vecinas, y les dice: “Alegraos conmigo; porque encontré la moneda que se me había perdido”.

»Un hombre tenía dos hijos —continuó Jesús—.




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