¡Os digo que no! De la misma manera, todos vosotros pereceréis, a menos que os arrepientan.
Por tanto, para que sean borrados vuestros pecados, arrepentíos y volveos a Dios, a fin de que vengan tiempos de descanso de parte del Señor,
y decía: «Arrepentíos, porque el reino de los cielos está cerca».
¡Os digo que no! De la misma manera, todos vosotros pereceréis, a menos que os arrepintáis».
Luego va y trae a otros siete espíritus más malvados que él, y entran a vivir allí. Así que el estado postrero de aquella persona resulta peor que el primero. Así le pasará también a esta generación malvada».
y en su nombre se predicarán el arrepentimiento y el perdón de pecados a todas las naciones, comenzando por Jerusalén.
El rey se enfureció. Mandó su ejército a destruir a los asesinos y a incendiar su ciudad.
Jesús les respondió: «¿Pensáis que esos galileos, por haber sufrido así, eran más pecadores que todos los demás?
¿O pensáis que aquellos dieciocho que fueron aplastados por la torre de Siloé eran más culpables que todos los demás habitantes de Jerusalén?