Sin embargo, a esta mujer, que es hija de Abraham, y a quien Satanás tenía atada durante dieciocho largos años, ¿no se le debía quitar esta cadena en sábado?
Vosotros sois de vuestro padre, el diablo, cuyos deseos queréis cumplir. Desde el principio este ha sido un asesino, y no se mantiene en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando miente, expresa su propia naturaleza, porque es un mentiroso. ¡Es el padre de la mentira!
Producid frutos que demuestren arrepentimiento. Y no os pongáis a pensar: “Tenemos a Abraham por padre”. Porque os digo que aun de estas piedras Dios es capaz de darle hijos a Abraham.
Así que alzó la voz y lo llamó: “Padre Abraham, ten compasión de mí y manda a Lázaro que moje la punta del dedo en agua y me refresque la lengua, porque estoy sufriendo mucho en este fuego”.