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Referencias Cruzadas

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Lucas 12:20

Biblia Nueva Versión Internacional 2017

Pero Dios le dijo: “¡Necio! Esta misma noche te van a reclamar la vida. ¿Y quién se quedará con lo que has acumulado?”

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35 Referencias Cruzadas  

El que acapara riquezas injustas es perdiz que empolla huevos ajenos. En la mitad de la vida las perderá, y al final no será más que un insensato.

¿Qué esperanza tienen los impíos cuando son eliminados, cuando Dios les quita la vida?

Porque nada trajimos a este mundo, y nada podemos llevarnos.

Es un suspiro que se pierde entre las sombras. Ilusorias son las riquezas que amontona, pues no sabe quién se quedará con ellas.

¡Y eso que ni siquiera sabéis qué sucederá mañana! ¿Qué es vuestra vida? Sois como la niebla, que aparece por un momento y luego se desvanece.

Cuando estén diciendo: «Paz y seguridad», vendrá de improviso sobre ellos la destrucción, como le llegan a la mujer encinta los dolores de parto. De ninguna manera podrán escapar.

¡Necios! ¿Acaso el que hizo lo de afuera no hizo también lo de adentro?

¡En un instante serán destruidos, totalmente consumidos por el terror!

Serán consumidos como paja seca, como espinos enmarañados, como borrachos ahogados en vino.

El que amasa riquezas mediante la usura las acumula para el que se compadece de los pobres.

En el día de la ira de nada sirve ser rico, pero la justicia libra de la muerte.

Pero el capricho no les duró mucho: aún tenían la comida en la boca

e hizo alarde de su enorme riqueza y de sus muchos hijos, y de cómo el rey lo había honrado en todo sentido ascendiéndolo sobre los funcionarios y demás servidores del rey.

Nadie puede negar que todos mueren, que sabios e insensatos perecen por igual, y que sus riquezas se quedan para otros.

Las riquezas mal adquiridas no sirven de nada, pero la justicia libra de la muerte.

Hay quien pretende ser rico, y no tiene nada; hay quien parece ser pobre, y todo lo tiene.

No te jactes del día de mañana, porque no sabes lo que el día traerá.

«¡Venid, busquemos vino! ¡emborrachémonos con licor! —gritan a una voz—. ¡Y mañana haremos lo mismo que hoy, pero mucho mejor!»

Vosotros os regocijáis por la conquista de Lo Debar y agregáis: «¿No fue con nuestras propias fuerzas como nos apoderamos de Carnayin?»

A los ricos de este mundo, mándales que no sean arrogantes ni pongan su esperanza en las riquezas, que son tan inseguras, sino en Dios, que nos provee de todo en abundancia para que lo disfrutemos.




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