Danos cada día nuestro pan cotidiano.
Danos hoy nuestro pan cotidiano.
Por lo tanto, no os angustiéis por el mañana, el cual tendrá sus propios afanes. Cada día tiene ya sus problemas.
Aleja de mí la falsedad y la mentira; no me des pobreza ni riquezas, sino solo el pan de cada día.
Este tal morará en las alturas; tendrá como refugio una fortaleza de rocas, se le proveerá de pan, y no le faltará el agua.
Estos eran de sentimientos más nobles que los de Tesalónica, de modo que recibieron el mensaje con toda avidez y todos los días examinaban las Escrituras para ver si era verdad lo que se les anunciaba.