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Referencias Cruzadas

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Lucas 10:2

Biblia Nueva Versión Internacional 2017

«Es abundante la cosecha —les dijo—, pero son pocos los obreros. Pedidle, por tanto, al Señor de la cosecha que mande obreros a su campo.

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48 Referencias Cruzadas  

Hermanos, os pedimos que seáis considerados con los que trabajan arduamente entre vosotros, y os guían y amonestan en el Señor.

Les dijo: «Id por todo el mundo y anunciad las buenas nuevas a toda criatura.

Tú, por el contrario, sé prudente en todas las circunstancias, soporta los sufrimientos, dedícate a la evangelización; cumple con los deberes de tu ministerio.

Por último, hermanos, orad por nosotros para que el mensaje del Señor se difunda rápidamente y se reciba con honor, tal como sucedió entre vosotros.

Es como cuando un hombre sale de viaje y deja su casa al cuidado de sus siervos, cada uno con su tarea, y le manda al portero que vigile.

En efecto, si trabajamos y nos esforzamos es porque hemos puesto nuestra esperanza en el Dios viviente, que es el Salvador de todos, especialmente de los que creen.

Pero el Señor me replicó: “Vete; yo te enviaré lejos, a los gentiles”».

Cuidad de vosotros mismos y de todo el rebaño sobre el cual el Espíritu Santo os ha puesto como obispos para pastorear la iglesia de Dios, que él adquirió con su propia sangre.

Bernabé y Saulo, enviados por el Espíritu Santo, bajaron a Seleucia, y de allí navegaron a Chipre.

Mientras ayunaban y participaban en el culto al Señor, el Espíritu Santo dijo: «Apartadme ahora a Bernabé y a Saulo para el trabajo al que los he llamado».

Los que se habían dispersado a causa de la persecución que se desató por el caso de Esteban llegaron hasta Fenicia, Chipre y Antioquía, sin anunciar a nadie el mensaje excepto a los judíos.

Los que se habían dispersado predicaban la palabra por dondequiera que iban.

Habiendo reunido a los doce, Jesús les dio poder y autoridad para expulsar a todos los demonios y para sanar enfermedades.

Los discípulos salieron y predicaron por todas partes, y el Señor los ayudaba en la obra y confirmaba su palabra con las señales que la acompañaban.

»Así mismo el reino de los cielos se parece a un propietario que salió de madrugada a contratar obreros para su viñedo.

¡Ay del pastor inútil que abandona su rebaño! ¡Que la espada le hiera el brazo, y el puñal le saque el ojo derecho! ¡Que del brazo quede tullido, y del ojo derecho, ciego!

Os daré pastores que cumplan mi voluntad, para que os guíen con sabiduría y entendimiento.

Ahora bien, creo que es necesario enviaros de vuelta a Epafrodito, mi hermano, colaborador y compañero de lucha, a quien vosotros habéis enviado para atenderme en mis necesidades.

pues todos los demás buscan sus propios intereses y no los de Jesucristo.

En la iglesia Dios ha puesto, en primer lugar, apóstoles; en segundo lugar, profetas; en tercer lugar, maestros; luego los que hacen milagros; después los que tienen dones para sanar enfermos, los que ayudan a otros, los que administran y los que hablan en diversas lenguas.

Yo descenderé para hablar contigo, y compartiré con ellos el Espíritu que está sobre ti, para que te ayuden a llevar la carga que te significa este pueblo. Así no tendrás que llevarla tú solo.

Con este fin trabajo y lucho fortalecido por el poder de Cristo que obra en mí.

porque estuvo a punto de morir por la obra de Cristo, arriesgando la vida para suplir el servicio que vosotros no podíais prestarme.

Cristo, en cambio, es fiel como Hijo al frente de la casa de Dios. Y esa casa somos nosotros, con tal que mantengamos nuestra confianza y la esperanza que nos enorgullece.

Recordaréis, hermanos, nuestros esfuerzos y fatigas para proclamaros el evangelio de Dios, y cómo trabajamos día y noche para no seros una carga.

Os manda saludos Epafras, que es uno de vosotros. Este siervo de Cristo Jesús está siempre luchando en oración por vosotros, para que, plenamente convencidos, os mantengáis firmes, cumpliendo en todo la voluntad de Dios.

Nosotros, colaboradores de Dios, os rogamos que no recibáis su gracia en vano.

Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y la gracia que él me concedió no fue infructuosa. Al contrario, he trabajado con más tesón que todos ellos, aunque no yo, sino la gracia de Dios que está conmigo.

Quienes las compran las matan impunemente, y quienes las venden dicen: “¡Bendito sea el Señor, porque me he enriquecido!” Ni sus propios pastores se compadecen de ellas.

Entonces Elías añadió: ―Yo soy el único que ha quedado de los profetas del Señor; en cambio, Baal cuenta con cuatrocientos cincuenta profetas.

Pero Moisés le respondió: ―¿Estás celoso por mí? ¡Cómo quisiera que todo el pueblo del Señor profetizara, y que el Señor pusiera su Espíritu en todos ellos!

Pablo, prisionero de Cristo Jesús, y el hermano Timoteo, a ti, querido Filemón, compañero de trabajo,

El Señor ha emitido la palabra, y millares de mensajeras la proclaman:

»Escribe al ángel de la iglesia de Éfeso: Esto dice el que tiene las siete estrellas en su mano derecha y se pasea en medio de los siete candelabros de oro:




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