¿Cuánto mayor castigo pensáis que merece el que ha pisoteado al Hijo de Dios, que ha profanado la sangre del pacto por la cual había sido santificado y que ha insultado al Espíritu de la gracia?
Entonces le contaron a Saúl: ―Los soldados están pecando contra el Señor, pues están comiendo carne junto con la sangre. ―¡Son unos traidores! —replicó Saúl—. Haced rodar una piedra grande, y traédmela ahora mismo.