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Referencias Cruzadas

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Jueces 7:2

Biblia Nueva Versión Internacional 2017

El Señor le dijo a Gedeón: «Tienes demasiada gente para que yo entregue a Madián en sus manos. A fin de que Israel no vaya a jactarse contra mí y diga que su propia fortaleza lo ha librado,

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25 Referencias Cruzadas  

No se te ocurra pensar: “Esta riqueza es fruto de mi poder y de la fuerza de mis manos”.

Pero tenemos este tesoro en vasijas de barro para que se vea que tan sublime poder viene de Dios y no de nosotros.

Sin embargo, no te vayas a creer mejor que las ramas originales. Y, si te jactas de ello, ten en cuenta que no eres tú quien nutre a la raíz, sino que es la raíz la que te nutre a ti.

no por obras, para que nadie se jacte.

El Señor salvará primero las viviendas de Judá, para que no sea mayor la gloria de la casa real de David, y la de los habitantes de Jerusalén, que la de Judá.

Así que el ángel me dijo: «Esta es la palabra del Señor para Zorobabel: »“No será por la fuerza ni por ningún poder, sino por mi Espíritu —dice el Señor Todopoderoso—.

A causa de tu hermosura te llenaste de orgullo. A causa de tu esplendor, corrompiste tu sabiduría. Por eso te arrojé por tierra, y delante de los reyes te expuse al ridículo.

Así que Jonatán le dijo a su escudero: ―Vamos a cruzar hacia la guarnición de esos paganos. Espero que el Señor nos ayude, pues para él no es difícil salvarnos, ya sea con muchos o con pocos.

Pero temí las provocaciones del enemigo; temí que el adversario no entendiera y llegara a pensar: ‘Hemos triunfado; nada de esto lo ha hecho el Señor’ ”.

¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál principio? ¿Por el de la observancia de la ley? No, sino por el de la fe.

Por lo tanto, ofrece sacrificios a sus redes y quema incienso a sus mallas, pues gracias a sus redes su porción es sabrosa y su comida es suculenta.

exclamó: «¡Mirad la gran Babilonia que he construido como capital del reino! ¡La he construido con mi gran poder, para mi propia honra!»

«Hijo de hombre, adviértele al rey de Tiro que así dice el Señor omnipotente: »“En la intimidad de tu arrogancia dijiste: ‘Yo soy un dios. Me encuentro en alta mar sentado en un trono de dioses’. ¡Pero tú no eres un dios, aunque te creas que lo eres! ¡Tú eres un simple mortal!

Así dice el Señor: «Que no se gloríe el sabio de su sabiduría, ni el poderoso de su poder, ni el rico de su riqueza.

Porque afirma: «Esto lo hizo el poder de mi mano; lo hizo mi sabiduría, porque soy inteligente. He cambiado las fronteras de los pueblos, he saqueado sus tesoros; como un guerrero poderoso he derribado a sus reyes.

Allí Asá invocó al Señor su Dios y le dijo: «Señor, solo tú puedes ayudar al débil y al poderoso. ¡Ayúdanos, Señor y Dios nuestro, porque en ti confiamos, y en tu nombre hemos venido contra esta multitud! ¡Tú, Señor, eres nuestro Dios! ¡No permitas que ningún mortal se alce contra ti!»

La altivez del hombre será abatida, y la arrogancia humana será humillada. En aquel día solo el Señor será exaltado,

Pero él nos da mayor ayuda con su gracia. Por eso dice la Escritura: «Dios se opone a los orgullosos, pero da gracia a los humildes».

Los ojos del altivo serán humillados y la arrogancia humana será doblegada. ¡En aquel día solo el Señor será exaltado!

Recuerda al Señor tu Dios, porque es él quien te da el poder para producir esa riqueza; así ha confirmado hoy el pacto que bajo juramento hizo con tus antepasados.

Esa noche Dios le habló a Israel en una visión: ―¡Jacob! ¡Jacob! ―Aquí estoy —respondió.

Que cada una de las tribus de Israel envíe mil hombres a la guerra».




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