Por eso dijeron sus padres: «Preguntádselo a él, que ya es mayor de edad».
Lo que no sabemos es cómo ahora puede ver, ni quién le abrió los ojos. Preguntádselo a él, que ya es mayor de edad y puede responder por sí mismo.
Por segunda vez llamaron los judíos al que había sido ciego, y le dijeron: ―¡Da gloria a Dios! A nosotros nos consta que ese hombre es pecador.