En la ley Moisés nos ordenó apedrear a tales mujeres. ¿Tú qué dices?
»Si alguien comete adulterio con la mujer de su prójimo, tanto el adúltero como la adúltera serán condenados a muerte.
»No penséis que he venido a anular la ley o los profetas; no he venido a anularlos, sino a darles cumplimiento.
¡Que la multitud las apedree y las despedace con la espada! ¡Que maten a sus hijos y a sus hijas, y les prendan fuego a sus casas!
Como José, su esposo, era un hombre justo y no quería exponerla a vergüenza pública, resolvió divorciarse de ella en secreto.
dijeron a Jesús: ―Maestro, a esta mujer se le ha sorprendido en el acto mismo de adulterio.