Biblia Todo Logo
Referencias Cruzadas

- Anuncios -




Juan 8:11

Biblia Nueva Versión Internacional 2017

―Nadie, Señor. ―Tampoco yo te condeno. Ahora vete, y no vuelvas a pecar.

Ver Capítulo Copiar

27 Referencias Cruzadas  

Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él.

Después de esto Jesús, lo encontró en el templo y le dijo: ―Mira, ya has quedado sano. No vuelvas a pecar, no sea que te ocurra algo peor.

Vosotros juzgáis según criterios humanos; yo, en cambio, no juzgo a nadie.

Os digo que así es también en el cielo: habrá más alegría por un solo pecador que se arrepienta que por noventa y nueve justos que no necesitan arrepentirse.

No he venido a llamar a justos, sino a pecadores para que se arrepientan.

Quien encubre su pecado jamás prospera; quien lo confiesa y lo deja halla perdón.

»Supongamos que le dijeras: “Soy culpable; no volveré a ofenderte.

¿No ves que desprecias las riquezas de la bondad de Dios, de su tolerancia y de su paciencia, al no reconocer que su bondad quiere llevarte al arrepentimiento?

¡Os digo que no! De la misma manera, todos vosotros pereceréis, a menos que os arrepientan.

Os digo que así mismo se alegra Dios con sus ángeles por un pecador que se arrepiente.

―Mi reino no es de este mundo —contestó Jesús—. Si lo fuera, mis propios siervos pelearían para impedir que los judíos me arrestaran. Pero mi reino no es de este mundo.

Pero teníamos que hacer fiesta y alegrarnos, porque este hermano tuyo estaba muerto, pero ahora ha vuelto a la vida; se había perdido, pero ya lo hemos encontrado”».

¡Os digo que no! De la misma manera, todos vosotros pereceréis, a menos que os arrepintáis».

Buscad al Señor mientras se deje encontrar, llamadlo mientras esté cercano.

y te presentarás ante los sacerdotes levitas y ante el juez en funciones. Los consultarás, y ellos te darán el veredicto.

»Nombrarás jueces y funcionarios que juzguen con justicia al pueblo, en cada una de las ciudades que el Señor tu Dios entregará a tus tribus.

Tened presente que la paciencia de nuestro Señor significa salvación, tal como os escribió también nuestro querido hermano Pablo, con la sabiduría que Dios le dio.

¿Acaso me toca a mí juzgar a los de afuera? ¿No sois vosotros los que debéis juzgar a los de adentro?

Luego siguieron la jornada a otra aldea.




Síguenos en:

Anuncios


Anuncios